Las piedras y su corporeidad. Su identidad esencial suele ser más perdurable que su identidad sustancial, aunque no siempre. Pero los procesos químicos o radioactivos imponen continuidades frente a la catástrofe de la ruptura de un canto en dos. Las piedras, además y en general, mantienen escasos intercambios materiales con el exterior. Los hombres somos bastante menos rígidos en cuanto a la identidad sustancial, pero la identidad esencial es mera ilusión. Esa es nuestra identidad esencial.
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