domingo, octubre 15, 2006

Arena

Es posible que, en el parque, la arena ofrezca a la niña que apenas ha aprendido a sostenerse sobre la bicicleta alguna seguridad generalmente ignorada. Algo que el nítido cemento no puede darle y que no es lo que obtiene de la arena o del barro deleitable el niño que corretea sobre el suelo de caucho o de algún otro material despaciosamente innoble.
Las ruedas sobre la arena, un sonido continuo que el oído tiende a percibir en unos dientes de sierra de intensidad que también crece según el desarrollo, que se dice, que el ciclista lleva o, que también se dice, usa.

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