jueves, agosto 31, 2006

Intrusos en la cocina

Seguimos con los intrusos. A más lejano origen -o estación anterior, pues origen es mucho decir-, más y mejor revelan el árbol geneálogico de su huesped, árbol cuyas raíces absorben todo el ramaje en una univocidad misticoide, dicho sea por cifrar en el árbol la "verdad", que es lo que ese huesped reconoce como verdad ante los ojos del lector o del espectador, sobreactuando claro. Es recurso narrativo y dramático universal.
Por eso, la búsqueda en una estructura compleja del componente inesperado dota al estudio de un sesgo idiográfico que también se reabsorberá más tarde en una teoría que avisará en un aparte de la importancia del episodio.
Este ciclo va dejando nuevas historias junto a las teorías. Historias que no se suelen contar del modo adecuado y que nos hablan de la misteriosa semántica de lo individual, que es algo así como un recordatorio de la irrepresentabilidad.

miércoles, agosto 30, 2006

Intrusos

Los intrusos nos hablan de la forma o de la edad del mundo, de nuestra casa. De nuestra lengua, como préstamos lejanos que globalizan desde su ártico, su caribe o su sondonesia las lenguas de Occidente o del occidente de occidente. Pequeños espejos, como los meteoritos, nos muestran nuestra primera cara.
O eso pensamos ansiosos de una verdad que nos parece verdad porque se presenta bajo la imagen de un torbellino. O de un tiovivo de hace tanto tiempo.
P.S.: Los intrusos nos demuestran ser los habitantes originarios de nuestra casa o se revelan como sus constructores. Pero nuestra casa no es una casa y, en cuanto al polvo de estrellas, nada padece ya mayor descrédito.

martes, agosto 29, 2006

Portainjertos y vetas

O el yeso entre el salagón. Un crecimiento vegetal que le adjudicaríamos a las venas magmáticas que permeaban el gneis de este verano con su magmatismo rosa y ascendente como de videojuegos de segunda generación. Pero los calados y sus rocas blandas contribuyen potentes a la entropía. Lo hacen por el vino, con sus espejismos y los puntos puestos al tablero, después de nuestra jornada sentimental bajo arcos fajones y entre iglesias de arenisca torneada por unos pocos siglos.

lunes, agosto 28, 2006

Palabras sedimentarias

Aunque ignoramos cuál será el horno de las palabras, de otras sabemos que se producen en procesos que comienzan con la destrucción, con la erosión de otras previas. Alguien identificará esa erosión con el desgaste fonético que creemos ver, sin ir más lejos, en la historia de las lenguas románicas. Pero quien así haga reducirá las palabras a su forma sólo.
Las palabras sedimentarias precisan para su constitución de más etapas de las que la menor no es el olvido, la desaparición de su materia prima por debajo del horizonte lingüístico. Será la misma erosión o los movimientos telúricos quienes nos las descubran, y aparecerán con el aspecto de neologismos que, sin embargo, parecen sonreír desde un intervalo temporal que, como casi todos los intervalos temporales pues vita brevis, nos supera.

domingo, agosto 27, 2006

Pizarra

La pizarra, escritorio vertical y casi público, un dazibao volátil. La pizarra y sus metonimias y sus metáforas, metamorfosis semánticas donde la contigüidad da saltos y la semejanza volatines. La pizarra y sus problemas para el traductor técnico poco informado, valga la redundancia. Clay and chalk para escribir, shale, slate. O los problemas que le pueda dar el pizarrín.

sábado, agosto 26, 2006

El farmacón imaginario

Extraña suerte la de una voz como 'psicodélico', como 'psicodélico' en griego, recordará aquél que entretuvo sus años de escuela con el estudio de esta lengua. Al parecer, el neologismo se forma no hace demasiado en inglés con dos palabras griegas y de él llega a otras lenguas, en un vector equipolente a todos los vectores farmacéuticos. Al griego también, claro, con la eta original transformada en una epsilón (si arriba he puesto 'farmacón', no voy a poner aquí 'épsilon'), efecto que contribuiría a una mayor opacidad etimológica, sin duda acorde con otras opacidades mentales más o menos sincronizables. Metamorfosis impredecibles en que interviene el sujeto hablante. O una fuerza colectiva con el peculiar rostro del torbellino. Nada de planes. Confabulación objetiva. Resultados para luego rehacer toda la historia. Tal vez la paradoja de una regla mnemotécnica que la astucia de la contingencia, en su infinito savoir faire, nos facilita.

viernes, agosto 25, 2006

Juntar y separar

Lo que está separado anduvo junto. En el hipertexto se subraya una reunión que inscripcionalmente no es obvia. Pero no es sólo un resto, una sutura que ha dado de sí y de algo que fue sin solución de continuidad. En la inscripción se proyectan muchas otras configuraciones, pero a veces es más perenne que las cordilleras y las mesetas (se dijo un optimista).
La versión del pesimista es que la reconstrucción de la historia cuando no es de operaciones de sujetos es la reconstrucción de un proceso en que las contingencias no respondieron nunca a planes: lo que equivaldría a que el sujeto sólo puede representar escenarios sin actores, pero con hogueras. La historia lo es sólo de procesos que no responden a teorías que él no conozca. Así su historia puede ser muy insuficiente. Eso, el geólogo. El filólogo, en cambio, añade sus acciones de lector a un memorial que se renueva a trozos.
Si nos ponemos serios de una vez, comenzaremos por señalar que las historias sin agentes son historias cuyo narrador puede incurrir, a efectos inercialmente retóricos, en la prosopopeya, pero en las que no puede añadir nada que sea un plan. Ni un papel que dibuje las futuras piedras.

jueves, agosto 24, 2006

El suelo de las palabras

Pisamos sobre él en discursos que a veces resbalan sobre el lenguaje, que es arena y humus vegetal, pequeñas piedras, o palabras flexibles o manoseadas como arcilla. Del suelo de las palabras va brotando la extraña verdura de las palabras primeras, los fragmentos que equivalen al todo de un lenguaje de verdades -como apuntaría algún misticoide para hacerse el interesante-, las palabras que despreciamos porque mellan o quiebran nuestra azada o nuestro arado, los que utilizamos para las cómodas intervenciones de cada día

miércoles, agosto 23, 2006

Geología del blog

El blog como acumulación de detritus. Los de la escritura que no vamos a consolidar o que se deshace según se edifica (más caduca la voz que el viento lleva...).
Pero detritus irreciclables. Final de viaje. Allí hasta la nada. Ni siquiera anuncios de una obra inexistente e imposible. No hay ciclo, ¿quién recuperará los fragmentos irredimibles? ¿Qué cemento los unirá?

martes, agosto 22, 2006

Sedimento

Insistimos en la singularidad de la roca. Hoy en su blog Azúa se percata de esa singularidad: cada formación rocosa es su arquetipo, pero la terminología es otro caso o es otra cosa:
La materia de la que está hecha la peña es un conglomerado oligoceno, formado por cantos rodados y un cemento calcáreo que los nativos llaman “pudinga”.
Y es que Azúa parece cometer un exceso de atribución terminológica si analizamos su afirmación como lo haría el relevantista que todos somos. Por otro lado, ya dijimos que una piedra es muchas piedras.

lunes, agosto 21, 2006

Time (1)

Richard Fortey cierra su Earth. An Intimate History con una cita de, demos tiempo al lector..., y más tiempo, sin llegar a geológico, ... Eliot:

We shall not cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And know the place for the first time.

Ciclos, de Wilson o de quien sea. Es un asunto notable porque los ciclos son una flexura peculiar del uniformismo. Y de lo idiográfico. Una redención de la unicidad. La ley del círculo cuya mitad se hallaría donde cada uno tenga a bien poner el pie. Al menos si no existieran continentes, porque los ciclos son asimétricos en este caso y el tiempo y la geología dejan de ser uniformes como en un ángelus meridiano y cenital.
(1) If all time is eternally present / All time is unredeemable.

domingo, agosto 20, 2006

Individuos

El detective geólogo trata con individuos de manera muy diferente a como trata con ellos el inspector biólogo. Por decirlo de manera rápida, en geología las especies no son tan coherentes como en biología. Por eso, suponemos que ciertos deslices ideológicos de la biología no se dan en la geología, donde sí que veremos otros. Nada curiosamente además, será el veterinario o el criador de gallinas o potros quien preferentemente señale la singularidad de las manadas o polladas de tal lugar o de tal otro. El avance de la bilogía ha precisado de la cancelación muy severa de estas singularidades, sin perjuicio de que se vuelva a ellas más tarde.
Como consecuencia, los principios en geología tienen un carácter muy vago en el terreno métrico. El uniformitarianismo se disuelve en un principio que es el de la física cuando no desciende a lo muy concreto: este laboratorio como el resto del universo; si no se cumple, se retoma a otro nivel aún más genérico.
En biología es diferente; los principios son mucho más fuertes, lo idiográfico es una sustancia prescindible. Un perro es siempre un perro. La caliza no es nunca la caliza. Ni siquiera podemos estar seguros de que una piedra sea siempre una piedra.
En cuanto a las palabras, observemos como las especies que serían los idiomas adquieren una calidad accidental y derivada en alguna corriente muy central de la lingüística: sólo hay una lengua. Naturalmente, no se trataría nunca de especies, porque entonces no sabríamos qué serían los individuos. Lo que no impide que ciertas clasificaciones sean análogas a las petrológicas: tal vez paradójicamente aquéllas que hacen abstracción de la genealogía y un poco de la génesis: aglutinantes, flexivas, aislantes. Una clasificación que salta los taxones lingüísticos y desde la que se observan ciclos y fluctuaciones, cercanías no tan extrañas entre tierras y gramáticas lejanas.
Véanse este y este artículo de Pedro Insua y véase el libro de Evaristo Álvarez Muñoz Filosofía de las ciencias de la tierra. El cierre categorial de la geología.

sábado, agosto 19, 2006

Rifting

Richard Fortey: "One can find the same word in Danish, daler... the name thaler was itself a contraction from Joachimsthaler, referring to the mine at Joachimsthal (the valley of Joachim) from which the silver was obtained. This small town in the Czech Republic ... will be found on modern maps under the name of Jachymov."
Como los españoles dólar y tálero. Pero lo que ha sucedido más bien es la apertura de un rift, la escisión. El valle del tal Joaquín corre la suerte de Avalonia entre los tiempos del Japeto y los del Atlántico. Estas piedras y aquéllas.

viernes, agosto 18, 2006

Primera. Primordial

Como su nombre indica, aunque con explosiva sinécdoque, este es un blog sobre piedras, y las piedras nos hablan siempre también de otra época, y sobre palabras, que han quedado también de otras bocas o de otras manos.
Es un blog sobre la cara histórica de muchas realidades, facies que le añadimos según un antojo objetivo o que quizá no sea un invento. Sobre las pídolas que nos llevan de la historia a la ciencia en otras conformaciones, o del sistema al relato.
El antojo objetivo para la creación de este blog es la acreción conceptual y terminológica "geological Unconscious", que me está dando la semana.
Acuda el lector a The Earth. An Intimate History de Richard Fortey.
P.S.: Acuda también el lector al ensayo de Gustavo Bueno Reliquias y Relatos: construcción del concepto de «Historia fenoménica.