En las áreas cercanas a la costa, recorriendo carreteras estrechas y que viran hacia otra nada, nos sentimos cerca de la frontera que separa a los dos semiplanos, uno de ellos tramado, en el libro de texto. Como las paralelas de la trama son menos gruesas que la raya que separa uno y otro semiplano, y que debe de pertenecer a alguno de ellos, tememos que el borde del acantilado merezca una de esas representaciones cartográficas en que las curvas de nivel se aproximan en un haz de ésos que cambian el color de las curvas cuando se separan, cuando se distinguen, cuando son una trama torpe, pero convencionalmente realista.
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