Las públicas en la carretera amenizan la tarde a todo el mundo, incluso los fines de semana, en que no vemos a los dos trabajadores que dan paso y detienen con se supone bien administrada sincronización. Por lo demás, la tarde del verano en su cadencia nos devuelve a unos años con los que asociamos la luz del poniente y carreteras estrechas entre los conglomerados terciarios que tanto agradecen la citada luz, quizá por emulación de los verdes diversos de los bosques de más arriba.
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