lunes, agosto 10, 2009

Agosto (para una colección de paseos veraniegos)

Al salir a la recta, rumbo sur, veo por el retrovisor las laderas amarillas que son Álava y Navarra. Sigo y el valle sigue el valle, como si el tiempo no estuviera hecho de montes desbrozados, hasta que el terreno se abre y veo lo que fueron cebadas doradas. Luego, la orla ocre del pantano. Los pinos viejos, sus ramas bajas, su concavidad hacia abajo, al menos hasta el breve resurgir del extremo, como figúrese usted qué.

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