Con la lluvia de ayer la serpiente habrá llegado al pantano y las truchas se la estarán comiendo. Eso o cualquier otra cosa. No sé si se da aquí una suerte de justicia poética: la serpiente que come ratones o come truchas es comida, aunque ya muerta. El nitrógeno, que no se pierda ni vuelva a ser molécula diatómica. Dígalo usted sin olvidar la cadencia adecuada, cenizas, tierra; o humo, sombra, nada. Ni la serpiente ni otras tentaciones.
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