La ciudad del domingo es una conocida invención de algunos literatos que tampoco trabajaban mucho los otros días de la semana. Y se trata de una invención tan pregnante que salimos a la calle y vemos la ciudad en frente de nosotros bajo la plantilla de aquélla, literaria y oscilante entre lo zarzuelero y lo esplínico con algunas inflexiones de música militar en el parque.
Nótese que este efecto pone en duda todo planteamiento fenomenológico que se quiera hacer de las más variadas cuestiones, porque lo tenemos delante es algo que nos hemos creído tiempo atrás. O sea, que todo fenómeno es tradición inventada.
Nótese que este efecto pone en duda todo planteamiento fenomenológico que se quiera hacer de las más variadas cuestiones, porque lo tenemos delante es algo que nos hemos creído tiempo atrás. O sea, que todo fenómeno es tradición inventada.
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