Las piedras sueltas que definen un plano sobre la ladera en conjunto cóncava. Lo que quiere decir que el canchal esconde su propia concavidad por algún fenómeno perceptivo, aunque uno nunca puede estar seguro. Las piedras sueltas como una roca sedimentaria a hueso. Una arquitectura de grava, una obra civil de guijarros. Pasarán los años como con todo lo demás y este monumento deshilachado resistirá como los mejores o mejor. Lo hueco frente a lo sólido, lo sólido como un continuo. La escala de nuestras manos como referencia para ideas abstractas y para aparatos de medida. Pero los zapatos se me están llenando de polvo.
Arnulfo Alirón, Memorias de un maestro voluntarioso, Madrid, Tejavana, 1983.
No hay comentarios:
Publicar un comentario