En el patio del colegio, al pie de los chopos de la hilera de chopos y de un día para otro, han salido setas. Algunos niños se han complacido en chafarlas de patada certera; otros en mostrársela a los padres que les acercan a la hilera que han de guardar antes de entrar a las aulas.
Las setas sorprenden siempre, porque el cálculo y predicción de sus precisos ritmos matemáticos reúnen factores que abarcan una región no despreciable del universo accesible a la vista y a ciertos métodos de detección más lentos, pero no menos trabajosos. Por eso, las setas son como la real gana y, prácticamente, como la libertad.
Las setas sorprenden siempre, porque el cálculo y predicción de sus precisos ritmos matemáticos reúnen factores que abarcan una región no despreciable del universo accesible a la vista y a ciertos métodos de detección más lentos, pero no menos trabajosos. Por eso, las setas son como la real gana y, prácticamente, como la libertad.
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