domingo, abril 13, 2008

Febril

Junto a los contenedores se detiene un momento y se anima a llegar a descubrir de dónde vienen los tambores y los gritos. Es una manifestación minúscula a favor del pueblo saharaui. Ante los tambores, nuestro destemplado paseante, se entretiene un momento con las que llamaremos danzarinas que preceden a aquéllos y con su contribución sensacional a la lucidez política.
Pero ya no hay bacantes y la socialdemocracia aporta una materia demasiado sutil a los Eurípides de vocación, quienes lo tienen difícil. Por otro lado, hace tiempo que todos hemos sido desgarrados por alguna pasión tonta y tibia.

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