Un ojo de sí o no nos es ojo porque digas que dice sí o no, sino porque lo dice. Nos esperan en los lugares de paso, la puerta del ascensor o la ducha que da a la piscina. En estos casos, no es un te veo, no te veo; es un cambio de estado durante unos segundos: puerta abierta, grifo abierto. Esto es, que estos dos ojos son ojos de sólo sí. Y entonces el no se da a otro nivel. Caray con la ciencia de la lógica.
1 comentario:
Corta, ¿no?
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