Las corrientes de aire son un recordatorio para los arquitectos que quieren igualar interior y exterior. Pues las corrientes se dan -y así definen- en un interior donde se traza una flecha que entra y sale. Esta tarde hemos tenido las corrientes en la piscina cubierta y sus mamparas entreabiertas para desolación y escalofrío del bañista pusilánime. Envolvemos nuestros hombros en una toalla húmeda, como un símbolo ante la tormenta. O ante Giorgione.
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