El embarcadero paradójico, entre montañas, en la niebla y en julio. Bañistas rumanos y una plaga de sapos propensos a morir aplastados. Los piragüistas van regresando al ritmo de la llovizna que acaba de insinuarse.
Por lo demás, calma chicha, el windsurfing es para el verano.
Por lo demás, calma chicha, el windsurfing es para el verano.
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