jueves, julio 05, 2007

Acequia

Las canalizaciones de agua suelen reunir su sabia ingeniería con una notable apariencia arqueológica. El agua corroe y viste de vegetación variada una obra que, además, hace bien patentes sus pérdidas y sus descascarillados. Entre ciudad y naturaleza, eso que llamamos campo es un territorio propenso a la confusión y al ocultamiento.
El valle del Iregua, pongo por caso, ofrece u ofrecía paseos pespunteados por conducciones de agua en forma de interrogación para el paseante lego. El agua es una sangre de una sola dirección, un humor de ciclo misterioso que nos lleva, también, a interrogar al cielo.

No hay comentarios: