Hay días en que todo es malpaís y caminamos como sobre huevos de supongo que brontosaurio y además de una calidad terrosa y difuminada.
Luego viene la lluvia y redibuja el panorama. O quizá no llueve y vemos que tampoco son los zapatos. Es el día. Nos vamos acercando, pues ya hablamos de tiempo. Somos nosotros.
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