Los gatos salen tras la lluvia. Salen a estar sobre los tejados, sin más, y nos sorprende esta conducta en animales que consideramos de naturaleza friolera y poco acuática. Tal vez aguanten la lluvia en su agujero, cada vez más inundado, y al final prefieran salir a oler a teja o a tela asfáltica mojada. Ahora consideramos las sequedades relativas y, por considerar, nos olvidamos de los gatos y sus melancólicas opiniones acerca de la demografía gatuna de esta manzana, que yo diría que ha disminuido notablemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario