Los destrozos se resuelven en una inconsecuencia similar a la de lo que modernamente se denomina clase de plástica, fragmentos de colores de diversos verdes y ocres, sólo que aquí nada es plástico y todo más bien frágil o sujeto a desgarraduras instantáneas. Ocres, verdes y el cielo, azul sobre todo para el apartado en que la escenografía subraya los modos irónicos.
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