Hoy vuelve o llega el calor, como ayer o anteayer el frío o el fresco o la lluvia. Pero la atmósfera subitánea nos lleva a veces a algún recuerdo inidentificable, como si la llegada del verano o una ventolera tuvieran asignado con increíble precisión un lugar ignoto de la memoria. aureolado con el prestigio de un tiempo aún más prestigioso que el pasado. Pero el tiempo pasa.
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