El granizo -pues piedra- refiere su gramática a la mano: La piedra destroza los cultivos. Cayeron unas piedras como canicas. Esto último se refiere a la mano y, así, admite el plural. Vinieron las lluvias, aunque la India -y más la India colonial- sea algo tan lejano como el mundo hace media hora. No vinieron los granizos salvo por necesidad prosódica. La mano, la mano que se cierra. Los guijarros. Los cálculos, cuyo reino es, naturalmente, el plural.
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