Recorrer los paralelepípedos vacíados, cóncavos, de una cantera bajo la luz de la menguante luna. Pasar la mano por el granito lechoso en el sueño entre los montes arbolados.
Las canteras son lugares para la escasa luz, para el cansancio al borde del sueño, para bordear una caída acompañados de toda la impedimenta. Un escondite inglés y solitario, como un recuerdo que no acabamos de datar, toda su contundencia de su imprecisión, de su luna entre las nubes.
(El mismo lugar a la mañana siguiente es otro lugar y nosotros somos también otra cosa. Que nos sigamos reconociendo es un misterio. Cuando nos hemos abandonado a un universo absorto que no tenía salida.)
Arnulfo Alirón, Opera Somnia, Ediciones Small Pie, Móstoles, 1990.
Las canteras son lugares para la escasa luz, para el cansancio al borde del sueño, para bordear una caída acompañados de toda la impedimenta. Un escondite inglés y solitario, como un recuerdo que no acabamos de datar, toda su contundencia de su imprecisión, de su luna entre las nubes.
(El mismo lugar a la mañana siguiente es otro lugar y nosotros somos también otra cosa. Que nos sigamos reconociendo es un misterio. Cuando nos hemos abandonado a un universo absorto que no tenía salida.)
Arnulfo Alirón, Opera Somnia, Ediciones Small Pie, Móstoles, 1990.
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