El granito y su prestigio compacto, contudente, brillante, negro, blanco, rosado. El ruido blanco, la nieve del granito, aunque uno pensaría que debía ser marrón. Vaya uno a saber o vaya uno a atender a los tonos intermedios, ni mica ni cuarzo.
Si efectivamente atiende a los tonos intermedios, uno se interna en un territorio de sombras vagamente amables, por un camino que tal vez desemboque en el ruido negro del gabro, de algún gabro al menos.
Si efectivamente atiende a los tonos intermedios, uno se interna en un territorio de sombras vagamente amables, por un camino que tal vez desemboque en el ruido negro del gabro, de algún gabro al menos.
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