El uso del artículo responde a precisiones más complicadas de lo que parece. Sucede que lo que pasa aquí con la niebla no es muy distinto de lo que pasa con hierro, aire o fuego. Sin embargo, la naturaleza de la niebla hace que su expresión verbal se convierta en un continuo envolvente y cegador. Se concluye que un banco de niebla no es una lengua de fuego o una bocanada de aire. La niebla es una condición que propende al anonimato y a una cierta indefinición que la gramática, pese a todo, disimula o de la que nos salva.
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