La nieve o el agua anotadas o fotografiadas: revisadas para conmensurar eneros o febreros tal vez paralelos y para el consuelo que tal cosa produzca. Aunque la comparativa se extiende rápidamente al futuro: a abril y sus consabidas o desmentidas crueldades, lo que nos muestra que ningún discurso busca otra cosa que la predicción, que es una forma sutil y paradójica de nostalgia (pues no solemos predecir desde el presente, sino desde la memoria).
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