miércoles, enero 16, 2008

Lo imprevisto

La mañana y su chaparrón imprevisto, imprevisto en ese momento porque lo imprevisto danza con el tiempo una danza peculiar como en la paradoja del ahorcamiento inesperado (1).
En otras palabras, “imprevisto” desmiente su significado cuando algo se ha descartado. Algo previsto pasa a ser algo descartado y luego ocurre, en una modalidad particularmente cruel de la sorpresa. Si malo, porque ocurre; si bueno, porque con el descarte se ha sufrido.

(1) O su versión alternativa y apenas más lene: la paradoja del examen sorpresa.

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