martes, enero 22, 2008

Madrugada

La madrugada difiere de las madrugadas en varios respectos a considerar. Como alba y albada en su terreno y a su modo, aquí el accidente del plural nos introduce en consideraciones léxicas que intentan reflejar la extrañeza del sujeto que se ha levantado antes de lo habitual.
Y es que las horas previas, que no pequeñas en nuestras latitudes, pertenecen a un reino extraño. Ya se sabe, de cuando no han puesto las calles o nosotros no hemos enchufado las neuronas, y otras bromas por el estilo.

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