sábado, mayo 26, 2007

Setas

La hierba está alta y las oculta. Sin pensar en ellas nos hemos distribuido por la campa y se diría que la escudriñamos en busca de los pequeños paraguas. Al poco, tenemos los calcetines calados y la hierba se ríe de la broma que gasta a los bobos de la palabra calabobos. El mediodía es líquido y fino. Mayo se ha empeñado en rizarnos el pelo con su agua innumerable.

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