Apilar concluye transportes convergentes y asume nuevas regularidades o alcanza equilibrios estables a través de alguna paradoja constructiva. Apilar frutas es apilar colores. Apilar leños pertenece al reino de los ocres, las maderas y los líquenes. Los sólidos no ocupan el espacio, lo construyen porque los puntos sólo son los límites de bolas, piedras y naranjas. Todo sólido, por lo demás, tiende a la condición de la esfera, que dicen los poetas científicos, como Ángel Guache.
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