Los libros a espiga o en espiga ocupan más espacio del debido y su encuadernación sufre. Sin embargo, si por un lado su tejadillo cobija mejor las ideas que contienen, por otro tal disposición o arreglo facilita su comunicación o mezcla.
Así tratados, los libros son efímeros ladrillos con cierta pretensión a abrirse como abanicos o como las palmeras de los fuegos de artificio. Unos, más ladrillos que otros. Pero cualquier libro encuentra su alarife y nuestro libro favorito encuentra también el momento en que nos parezca, spleen cataplín, un auténtico ladrillo.
Así tratados, los libros son efímeros ladrillos con cierta pretensión a abrirse como abanicos o como las palmeras de los fuegos de artificio. Unos, más ladrillos que otros. Pero cualquier libro encuentra su alarife y nuestro libro favorito encuentra también el momento en que nos parezca, spleen cataplín, un auténtico ladrillo.
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