jueves, noviembre 30, 2006

I'm a miner

Antonio Molina y un minero cantarín. El arquetipo absurdo. No el absurdo de los arquetipos. O sí, si todos acaban siendo del estilo del minero ruiseñor. Ahora bien, a éste le falta la suciedad sucia, el pelo sucio. No se trata de que tengamos el arquetipo del minero que no es o que ni siquiera puede ser. Es que es un arquetipo que no incluye la mezcla o la comunicación con ideas desagradables. El arquetipo de la mena y el de la ganga. El arquetipo del hierro y toda la fundición, el frágil arrabio. El enloquecedor cinabrio. La masa que golpeamos para extraer de ella un arquetipo tan brillante como una batalla arquetípica. El líquido que disuelve el oro.

No hay comentarios: