miércoles, noviembre 01, 2006

Lava

Rápidas o lentas. Al punto de viscosidad. Con su costra ennegrecida. Brillantes en las noches los ríos. Tras la explosión viene ese hidrografía ardiente que se congelará en una calma engañosa. Pacientes, las lenguas de lava han engullido la noche y el día. El aire las frena, a favor del tiempo.
Arnulfo Alirón, Memorias de un maestro voluntarioso, Madrid, Tejavana, 1983.

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