Haberse hecho piedra, haberse hecho piedra todo un ejercito, o el vertical o derrotado ejército de unas árboles, enhiestos y surtidores de una situación dramática bien conocida. Hay vida muerta y además mordida. Hay un destino también petrificado tras la ruina o la derrota, la marca de lo anunciado. Ese modo de argumentar habla de la indigencia e inmoralidad intelectuales: estaba claro que los dinosaurios se extinguirían, que aquel tipo acabaría mal. Que esta conclusión trae el estigma de su renga lógica cojitranca.
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