domingo, marzo 30, 2008

Ángelus

Pues bien, llega la fecha que nos despista con su peculiar mediodía y su atardecer que se hace esperar. Como es domingo, mañana el despiste se reproducirá con la modulación propia y más activa de los días laborables. Unos pocos días más y el horario habrá sido eterno. Pero, si por un lado olvidamos, no reparamos en que la nueva hora y la nueva luz no son las de siempre (y a favor del solsticio de verano que viene), reiteraremos año a año, o medio año a medio año, los comentarios acerca del cambio siempre sorprendente y aun así previsto. La otra forma de la eternidad, una pluralidad que la desmiente.

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