Remamos sobre la nieve y nos cruzamos con unos esquiadores que van subidos y subiendo sus esquíes de fondo. La mañana combina nublados y un viento fresco con ratos de un Sol que nos hace sudar la camiseta. Literalmente, como siempre y como comprobamos al llegar al destino, exhaustos o aburridos de la travesía, de la última ladera, de su nieve efímera.
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