La de las ganas es la intención que más a gusto asignamos a algunos meteoros cuando todavía no son inclementes, cuando su intensidad es jovial y vigorosa y sin violencias.
También es cierto que a algún agente innominado no le da la gana que se produzca algún meteoro, en particular la lluvia. Suponemos que giros lingüísticos particulares son los que hicieron a algunos inventarse la asombrosa doctrina del animismo para animación de nativos y demás informantes.
También es cierto que a algún agente innominado no le da la gana que se produzca algún meteoro, en particular la lluvia. Suponemos que giros lingüísticos particulares son los que hicieron a algunos inventarse la asombrosa doctrina del animismo para animación de nativos y demás informantes.
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