La lluvia de estos tiempos ha descubierto un nuevo efecto que no es dejar el suelo mojado o salpicado de charcos. Es, a saber, el de dejar sobre el pavimento manchas que se dirían de humedad sólo porque antes alguna humedad se ha sentido en la cara. Manchar el suelo, sombrearlo. Tiempos de desolación en que no llueve a gusto de nadie.
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