viernes, octubre 26, 2007

Abrigarse

Otoño de cielos indecisos, la luz es de polvo, como una huella que quiere ser del verano.
Esta luz de la ya breve tarde fundirá en el violeta del atardecer. La noche será la noche de octubre o la de noviembre, una incógnita –como lo son todas las noches-, pero que luce una inasible diferencia específica, para decirlo de un modo que tal vez ahogue los escalofríos.

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