lunes, junio 04, 2007

Raíces

El mundo invisible, rugosa o explosivamente patente a veces para guía nuestra, de las raíces y sus sociedades secretas niega toda la estúpida metaforería radical. Nuestras raíces son una patraña que nos alimenta como la bruja de la casita de caramelo cebaba a los niños. Pero las raíces vegetales son un pene (¡mande!) que nos falta, lo que se traduce en la correspondiente envidia.

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