Los goterones, de pintura o de tormenta incipiente, son un desafío como de brontosaurio al tráfico atmosférico habitual. Los goterones se estrellan en el suelo con maneras que identificamos con el expresionismo abstracto, o con un tiralíneas gigante que pendiese sobre nuestras cabezas. El ttrabajo del aire es frenar la lluvia y el nuestro, observar la grisalla de los nubarrones.
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