La nieve muestra preferencia por unas y otras piezas de tierra o por los lindes. El paisaje es un tejido entre el algodón y la telaraña. La concentración parcelaria, dijo un agrónomo notable, es el concierto para la mano izquierda de la revolución campesina. Nos tememos que el asunto de las manos puede resultar ambiguo y que no hay concierto, ni piano, ni manco de resultas.
Pero la concentración parcelaria es una racionalización que nos enseña algunas cosas. Por ejemplo, que la historia no prefiere siempre lo grande a lo pequeño ni viceversa. Incluso que no prefiere nada, porque no hay historia. En otras palabras, que el historicismo siempre precisa de un corte, de un final o de una distinción. Cumplirse es negarse. Para no hacer trampas no vale ni una plataforma móvil. Nosotros nos limitamos a seguir por la autopista.
Pero la concentración parcelaria es una racionalización que nos enseña algunas cosas. Por ejemplo, que la historia no prefiere siempre lo grande a lo pequeño ni viceversa. Incluso que no prefiere nada, porque no hay historia. En otras palabras, que el historicismo siempre precisa de un corte, de un final o de una distinción. Cumplirse es negarse. Para no hacer trampas no vale ni una plataforma móvil. Nosotros nos limitamos a seguir por la autopista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario