viernes, marzo 30, 2007

Cascajos

Un topónimo ctónico pero escasamente tonificante. Entre las gravas y las arcillas, el valle fue perdiendo su encanto de laberinto jalonado de perros un día furiosos. Las montañas retrocedieron y se derrumbaron en este glacis un poco por encima de la altura del río. De este río que, cada vez más, me habla de un tiempo perdido, un punto magdaleniense, si se me permite la parida.

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