viernes, agosto 25, 2006

Juntar y separar

Lo que está separado anduvo junto. En el hipertexto se subraya una reunión que inscripcionalmente no es obvia. Pero no es sólo un resto, una sutura que ha dado de sí y de algo que fue sin solución de continuidad. En la inscripción se proyectan muchas otras configuraciones, pero a veces es más perenne que las cordilleras y las mesetas (se dijo un optimista).
La versión del pesimista es que la reconstrucción de la historia cuando no es de operaciones de sujetos es la reconstrucción de un proceso en que las contingencias no respondieron nunca a planes: lo que equivaldría a que el sujeto sólo puede representar escenarios sin actores, pero con hogueras. La historia lo es sólo de procesos que no responden a teorías que él no conozca. Así su historia puede ser muy insuficiente. Eso, el geólogo. El filólogo, en cambio, añade sus acciones de lector a un memorial que se renueva a trozos.
Si nos ponemos serios de una vez, comenzaremos por señalar que las historias sin agentes son historias cuyo narrador puede incurrir, a efectos inercialmente retóricos, en la prosopopeya, pero en las que no puede añadir nada que sea un plan. Ni un papel que dibuje las futuras piedras.

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