Extraña suerte la de una voz como 'psicodélico', como 'psicodélico' en griego, recordará aquél que entretuvo sus años de escuela con el estudio de esta lengua. Al parecer, el neologismo se forma no hace demasiado en inglés con dos palabras griegas y de él llega a otras lenguas, en un vector equipolente a todos los vectores farmacéuticos. Al griego también, claro, con la eta original transformada en una epsilón (si arriba he puesto 'farmacón', no voy a poner aquí 'épsilon'), efecto que contribuiría a una mayor opacidad etimológica, sin duda acorde con otras opacidades mentales más o menos sincronizables. Metamorfosis impredecibles en que interviene el sujeto hablante. O una fuerza colectiva con el peculiar rostro del torbellino. Nada de planes. Confabulación objetiva. Resultados para luego rehacer toda la historia. Tal vez la paradoja de una regla mnemotécnica que la astucia de la contingencia, en su infinito savoir faire, nos facilita.
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