Avanzada la mañana nos señalan que la niebla es cosa de nuestra hondonada, que valles arriba el Sol brilla como acostumbra. Miramos a lo alto y nos parece ver azulear. Estas nieblas delgadas y horizontales, frías como todo un día frío. Ya decía yo que la ciudad no es para mí: Los pollos se pasean congelados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario