Las rampas del garaje son lugares adecuados para el pensamiento riguroso, o lo serían si el pensamiento riguroso pudiera ser pasajero. Ahora bien, hay dos tipos de pensamiento, el de subida y el de bajada. Y lo que es peor, hay el pensamiento de la curva estrecha en bajada que nos hace entrar en reflexiones muy serias sobre la arquitectura y más que sobre el finis operis, sobre el finis operantis.
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