Las colmenas y sus colonias alineadas como el campamento de una legión condenada al olvido. La tranquilidad de las abejas salvo cuando un astro levantisco las levanta al furor colectivo y a la excitabilidad peligrosa. Paseamos entre colmenas desiertas, como corresponde a la estación y a un domingo por la tarde. Las colmenas grises y blancas en el monte amarillo y, pues se acerca el crepúsculo, ligeramente amenazador.
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