El pacharán urbano, el pacharán campestre, el pacharán con hielo y el pacharán salvaje. Doña Endrina para todos los melones que oímos a los pesados del paso de la paloma, entre los que no faltarán un tipógrafo, un boticario o un vasco que marchó a hacer fortuna y se le murió la novia. Noviembre es lo que tiene, que la sobremesa ya no deja horas de sol para dar la lata, ni para volver a los puestos, ni para recoger arañones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario