La lluvia vuelve a inaugurar el tiempo tras la espera de tantos días secos. Por aprovechar la circunstancia, el señor de la manguera está regando la calle¡. Tras él, el más humilde de los chatarreros tira de su carro y juntos componen una imagen que nos recordaría a los Baroja en este aguafuerte de la calle desierta. Mañana comprobaremos si la colaboración entre la lluvia y otro señor con otra manguera ha despejado la plaza que los estorninos nos habían prohibido, los muy truhanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario