El paseante conoce de los puñados de sal que la precaución burocrática siembra infértil sobre las rampas y otros brillos del pavimento. We are the hollow men, holly, mistletoe and ivy: el acebo que se acaba, el parásito y la que acaba con todo y levanta tejas. Aunque hay que reconocer que las contribuciones literarias de los dos últimos son Astérix y, yo diría, alguna ciencia ficción que amenaza con la furia ciega del vegetal y sus múltiples pelillos.