miércoles, junio 18, 2008

Ausencia

Mañana, no. El viernes, quizá.

Piedras y ladrillos

Dentro de la construcción nueva habita un muro antiguo o uno que se pretende que figure tal. La sala parece un teatrillo y la piedra parece cartón piedra. Nos imaginamos honrados labradores o no tan honrados actores que, revestidos de labradores, nos alegrarán la tarde con su rapsodia campesina.

martes, junio 17, 2008

El parking convexo

Hemos dejado los coches en distintos lugares del parking convexo y no nos vemos bien bajo el sol de junio. Así que nos reunimos casi por casualidad. Estos terrenos en que el centro es un promontorio poseen un misterio adecuado para juegos infantiles, juegos que obviamente impiden los automóviles.
También podemos proponer que todos los terrenos tengan una joroba o dos, y que nos perdamos por un rato un día sí y también al otro.

lunes, junio 16, 2008

Nota al margen para una teoría del chaparrón

Los meteoros se clasifican sobre todo en relación con las categorías temporales: duración, gradación, prontitud, periodicidad… y, desde luego, contabilidad e incontabilidad.
Por lo que hace al chaparrón, el chaparrón se nutre de su brevedad y su localidad, aunque ya sabemos que podemos tratar al espacio como una variedad pedestre del tiempo. Y esa localidad hace que el chaparrón sea porque coincide con nosotros. Como decía aquel suabo famoso, el hombre y el chaparrón son estar allí.

viernes, junio 13, 2008

Sábado y domingo lejos

Volvemos el lunes 16.

Cierzo

El Cierzo y su insistencia y su ritmo, que no nos consuela demasiado ni nos templa. El Cierzo como siroco boreal, como viento que afecta al alma, que es otro soplo, un soplo que habita en un junco, en un junco que piensa pensar porque se inclina.

jueves, junio 12, 2008

Deltas

La variedad que a la delta minúscula le es concedida por el trabajo de los tipógrafos, se la lleva con creces y crecidas la mayúscula por el trabajo de los ríos, que es complejo como suele serlo lo fluido.
Y lo fluido deja su marca en la llanura a ras de mar, donde agua, tierra y aire se ceden el paso en una gradación que a lo lejos parece como de paisajista miniauturista.
De los otros fluidos, el fuego, las arduas columnas de mosquitos, no hablaremos aquí, pues escuecen, turran.

viernes, junio 06, 2008

Weekendopedia

Volvemos el 11 ó el 12.

Y Ezequiel vio Rodezno

Aquellos años eran felices por inconscientes. En otras palabras y según lo que podemos entender del título de García Márquez: feliz e indocumentado significa que lo segundo hace más probable lo primero. Pues bien, éramos inconscientes y si había que darle al frasco, pues le dábamos al frasco.
Era un sábado por la noche a comienzos de los mil novecientos ochenta. Me reclutaron a voces desde el coche de un amigo para ir a algo así como la operación OVNI o la operación avistamiento: Un programa de radio indocumentado pero culpable lanzaba a sus oyentes y creyentes a la noche alcohólica para que descubriesen todo tipo de luces alienígenas en los cielos de la España de la colza y el Naranjito.
Yo no tenía nada mejor que hacer, o eso pensaba yo, y allí marché con mis compañeros de expedición.


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El plan era llegar al puerto de Herrera y comprobar lo bien provistos de cantimploras, botas y botellas que estaban los otros exploradores del misterio allí congregados, en ese punto de reunión sin duda alineado con alguna mediatriz del triángulo de las Bermudas o con alguna mediatriz también de los jardines colgantes de Babilonia. Sin darnos cuenta habíamos rebasado Laguardia mientras algunos de mis compañeros miraban esperanzados por la ventanilla en busca del platillo volante tutti frutti. No sé por qué, pero no llegamos a Herrera y tontamente cruzamos el Ebro por San Vicente. En Briones pensamos que estábamos en Laguardia. El caso es que, tutti frutti, loose booty. If it don’t fit, don’t force it. You can grease it, make it easy, seguimos un poco más allá, justo en dirección contraria y acabamos en la villa de Rodezno, que fue justo donde el Renault cuatro se quedó con gasolina.
Pasamos la noche bajo un castaño y tiritamos de madrugada. No recuerdo bien cómo volvimos, pero creo que dejamos el coche allí y a eso de las seis de la mañana nos pusimos a caminar hasta que llegamos a la estación o apeadero de ferrocarril de Briones. Ni fuimos abducidos ni tuvimos un encuentro en la tercera fase. Tales son los caminos del escepticismo y la sobriedad.

jueves, junio 05, 2008

La playa artificial

La playa artificial y sus brillos sospechosos, su arena molida y heteróclita. El disconforme mar, la pendiente repentina y casi siempre sorprendente. Las medusas, artificiales al parecer. El balón volea y la agilidad perdida. La eterna arena, contable y arquimediana. La filosofía, los mejillones. Monotonía de la ducha tras la mañana.

miércoles, junio 04, 2008

El puente sobre la vía

Vemos los raíles sobre su larga mesa de balasto. Se curvan hacia un lado, por lo menos hasta el próximo puente, que nos oculta lo que hay más allá. Y es que este puente elevado ilustra la rara paradoja de un punto que, aun con ser una cima, no es de ventaja: hacia todos los lados se baja. Pero la mirada se concentra en la vía, hacia allí cuando se curva o hacia atrás, que se curva al mismo lado si sólo giramos la cabeza. La mirada se concentra y no vemos el ancho mundo, que se extiende como en un poema de Arnold por el día o como un error de guardagujas por la noche.

martes, junio 03, 2008

La paradójica tarde

Anochece tarde, pero la tarde no nos resulta tan de la primavera de junio como debiera. Vamos cargados, nos duelen las piernas. Pues sí que estamos bien. Se nos hace tarde esta tarde, lo cual es el colmo cuando junio comienza y, salvo por la ocurrencia de los exámenes, ahí están las cerezas, los albaricoques, las excursiones a la sierra, las despreocupaciones. Mañana sacamos el bañador.

lunes, junio 02, 2008

Hace un rato

De pronto me doy cuenta de que estamos en junio y no en abril. Lo cierto es que me percato(1) al pasar por una esquina que es el mes de abril de hace varios años y, por tanto, ya todos los meses de abril: la del Ateneo Riojano, una tarde protegida de un chaparrón amable que vi desde el primer piso sobre los plátanos.
Es posible que la memoria proceda de las variaciones complejas, pero al final monótonas, del tiempo atmosférico. Por eso hablamos del tiempo, que es el puto gran atractor de todas las conversaciones que se precien.

(1) Esto quiere decir que algo me ha hecho pensar en abril; no que no supiera que estamos en junio.